lunes, 24 de octubre de 2016

Pie de atleta

El pie de atleta es una infección que se localiza generalmente en los pliegues interdigitales, en la planta y en los bordes de los mismos. A pesar de su nombre, no afecta solo a los deportistas, y se conoce también como tiña del pie (Tinea pedis) o tiña podal.
Suele identificarse porque la piel se agrieta o escama, desprendiéndose de entre los dedos o los laterales del pie, aunque también puede aparecer ardor, picor o ampollas. Además, puede llegar a extenderse a la zona de las uñas, que en ese caso pierden su color y se engrosan, pudiendo llegar a desprenderse.  
El microorganismo causal es un hongo dermatofito denominado Trichophyton rubrum. Esta infección es muy frecuente en todo el mundo, aunque las personas que viven en climas cálidos y húmedos, que favorecen la colonización de los hongos, tienen más riesgo de contraerla. Se pueden encontrar casos tanto en hombres como en mujeres de cualquier edad, aunque se observa una mayor proporción de infecciones en hombres jóvenes. 
Se considera la infección superficial causada por hongos más frecuente, y hasta 8 de cada 10 individuos la presentan a lo largo de su vida. Se produce un incremento del riesgo de padecerla con el paso de los años. No obstante, si el tratamiento se instaura pronto y de manera adecuada se controla sin demasiados problemas en 2-4 semanas.
Se transmite directamente de persona a persona, y también a través de objetos contaminados con el hongo, como los zapatos, calcetines o toallas, o las superficies de la piscina o de la ducha. De ahí que una buena higiene y prevención, especialmente en zonas y épocas cálidas, y en centros sociales donde se preste a ir descalzo, sea fundamental para evitar su aparición.


Si usted sufre de Pie de atleta o conoce a alguien que lo padezca, dejeme decirle que nada tiene que ver con términos deportivos.
El pie de atleta es una micosis, que aunque no suele ser grave, puede tornarse muy fastidiosa y de mal aspecto. Es producida por hongos patógenos oportunistas que se instalan en la flora comensal de la piel de nuestros pies, produciendo un cuadro caracterizado por resequedad y agrietamiento de la piel y zona peri ungueal, causa enrojecimiento y picor constante. Algunos casos pueden presentarse sin síntomas, excepto por la característica maloliente de la infección.


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